Hay un momento clave en la trayectoria de Diego El Cigala: el día que conoció al inolvidable Bebo Valdés, un artista al que tuvimos el privilegio de ver tantas veces en nuestro festival. «Es el mejor regalo que me dejo Lágrimas negras», confiesa el cantaor. Desde entonces, la fascinación por el piano y por los sonidos más allá del flamenco ortodoxo ha multiplicado las expectativas poéticas del Cigala. Su voz, sin embargo, sigue teniendo el mismo duende, el mismo rajo, el mismo perfume de flamenco puro, pero se ha abierto a múltiples aventuras. En su única actuación en Extremadura, Diego el Cigala ofrecerá en el festival METELLIUM y en un marco incomparable (el teatro romano de Medellín) un espectáculo diferente: sólo su voz junto al piano sabio de Jaime Calabuch, Jumitus, gitano catalán que se ha convertido en colaborador privilegiado del cantaor. Es un espectáculo íntimo, desnudo, con un Diego El Cigala esencial, y un repertorio que nos puede llevar de la zambra al tango y al bolero. Emociones al descubierto.